La climatología es buena y las vistas espectaculares, algo que es nota común en todo el recorrido. Arriba en la Cruz, nos juntamos los tres para tomar el cordal hasta la Huesera en un autentico rompe-piernas. Pasa primero Pedro por la Huesera y a poca distancia lo hago yo, después lo hacen Rubén y Sebas. Tomamos un fuerte camino de subida por una pista, lugar donde me encuentro con Pedro y dado que me encuentro muy bien sigo hacía adelante para dirigirme a la Vega de Comeya, donde vamos por un collado entre la Vega y un fuerte desnivel a nuestra izquierda.
La subida después de Covadonga la hago bien, pero entre Peñalba y Ñajuentes el calor aprieta y el azúcar la noto baja, con lo que me siento debajo de un árbol junto a las majadas de la subida Ñajuentes y me tomo un sobre de glucosport. El ambiente en la carrera es ideal y, todo aquel que pasa me pregunta si necesito algo y les digo que continúen que estoy bien. Hago la subida a Ñajuentes y continuo hacía Xeriz, estando prácticamente sólo, pero las vistas son preciosas y el día es claro. En este momento y para colmo la pierna izquierdo empieza con calambres, supongo que es debido a que la preparación ha sido escasa por la lesión del abductor que me ha tenido hasta julio parado, pero continuo hacía el avituallamiento. Con la mente puesta en la subida a las entenas de Seguenco, sigo corriendo por la pista hasta el último collado antes de las antenas. Bajo en dirección al mirador e inicio la subida a las antenas que se hace dura por la situación del abductor izquierdo; arriba me tomo con calma el avituallamiento solido y continuo la última bajada hacía Nieda, bajada muy delicada con paso con cuerda a la altura de la carretera que dado a la altura de la carrera que estamos y la situación de las piernas se hace más difícil. Paso Nieda con gran ambiente y animación y continuo hacía el ultimo tramo hasta llegar a Cangas. A la entrada de Cangas me esperan Manuel y Lara con quién hago la entrada al pueblo con una gran animación. Terminada la prueba un buen plato de espaguetis que esta vez impiden que se me baje el azúcar, me meto en el agua fría para recuperar, pero a pesar de todo, las calambres no las evito y sobre todo en la pierna izquierda se convierten en un verdadero sacrificio. Me pregunto por qué paso ese calvario, pero con los días se olvida y queda en la retina la belleza del entorno. Para mejorar habrá que buscar solución a las calambres que es el único problema a evitar, ya que el azúcar ha estado perfectamente controlada. Con toda seguridad el problema sea debido a la falta de preparación para un evento de este tipo.
Al llegar a meta, descubro que el resto de compañeros Pedro, Sebas y Ruben se retiraron en Covadonga; yo que me tome la carrera con mucha calma a partir de Ñajuentes, llego en un tiempo de de 7:38:20 , es decir 19 minutos más tarde que el año anterior y sin embargo en el puesto 162 cuando en el 2012 lo hice el 206, lo que denota la dureza del recorrido por el barro y el calor. Para recordar, la entrada en meta con Lara y Manuel y los bellos paisajes asturianos que permanecerán en mi retina para siempre.
Una pequeña siestecita y a cenar al Hotel Bricial, una buena cena en plan self service con toda la cuadrilla, los quince que nos juntamos en Cangas. Después en un bar junto a meta, estuvimos haciendo tiempo, unos tomando una copa, otros helado, otros escanciando sidrina para que llegaran algunos de la Ultra Trail teniendo la suerte de ver entrar a la primera dama que llegaba con una frescura que nos dio sana envidia. La pena de la ultra a esas horas, era la soledad de la llegada de muchos de estos valientes, pero supongo que al igual que nosotros, pero a mayor esfuerzo, será la compensación del gran reto conseguido y el bello entorno por donde han corrido.
